La valoración ética del burro‑cebra de Tijuana como recurso turístico y elemento de identidad y patrimonio.
Abstract
El burro‑cebra, un burro pintado con rayas para simular una cebra africana, ha sido un ícono
turístico en Tijuana –ciudad en la frontera norte de México– desde hace más de cien años, y elemento
patrimonial desde 2014. Este animal no humano trabaja doce horas diarias de pie y amarrado a una carreta
para que los visitantes se fotografíen vestidos con atuendos tradicionales mexicanos. Su denominación como
patrimonio ha polarizado a la población local: quienes defienden su presencia y quienes condenan su uso por
ser maltrato animal. Así, los objetivos centrales de este artículo son, en primer lugar, revelar cómo una parte
de la identidad de Tijuana se ha creado a partir del burro‑cebra; e identificar los valores, las posturas éticas
y las implicaciones éticas de la mercantilización de un animal no humano como recurso zooturístico para
satisfacer las necesidades recreativas de la población.